"No podemos dejar que otros hermanos carezcan de lo necesario mientras a nosotros nos sobran cosas"

viernes, 24 de mayo de 2013

COLOCAR LA PERSONA EN EL CENTRO



SIGNIFICA… Los países deben situar la búsqueda del bienestar de los seres humanos, en el CENTRO de las políticas y decisiones presupuestarias. 
Deben garantizar que las necesidades, decidir la asignación de los recursos disponibles, un principio aceptado por la gran mayoría de las familias en la crianza de sus propios hijos y escasamente reconocido en las políticas económicas nacionales.
La realidad es que a pesar de la necesidad de inversión pública, la respuesta de los gobiernos sigue estando muy centrada en contraer el Gasto Social y los fondos destinados a la Cooperación al Desarrollo. Ante este escenario de crisis económica global y en cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo del Milenio; la máxima prioridad nacional e internacional debería contrarrestar los impactos de la crisis y promover una recuperación equitativa y sostenible.
La persona en el centro significa;

-           Dar prioridad a indicadores sociales pertinentes para evaluar el impacto de la crisis en las personas y familias y no centrarse exclusivamente en producir datos económicos y financieros.
-           Tomar medidas concretas a nivel nacional para atender las necesidades en materia de salud, nutrición, empleo y vivienda dignos de los grupos más vulnerables, entre los que se encuentran los niños.    
También significa no dar la espalda a la realidad que viven los niños y hogares más marginados del mundo y comenzar cuanto antes a revertir la estrepitosa caída que ha sufrido la Ayuda Oficial al Desarrollo de muchos de los países más ricos del mundo.
Hay alternativas, porque hay margen de maniobra fiscal, tanto por el lado de los ingresos como de los gastos: reasignando el gasto público y aumentando los ingresos mediante, por ejemplo, la subida de los tipos impositivos de las rentas más altas, la introducción de tasas especiales a las transacciones financieras, una mayor eficiencia recaudatoria o la lucha contra el fraude y la evasión fiscal. Otras medidas incluyen la reestructuración de la deuda o el examen de alternativas más flexibles de reducción del techo de déficit fiscal.
Las políticas públicas alternativas pueden promover una recuperación económica socialmente responsable que no genere más desigualdad , que de respuesta a las amenazas más inmediatas, como la inseguridad alimentaria y el desempleo juvenil y que garantice una protección adecuada de la infancia y de los hogares más vulnerables tanto a nivel nacional, como internacional a través de la ayuda al desarrollo.

Es necesario repensar los modelos y las estrategias de desarrollo para un crecimiento de desarrollo humano y económico sostenible.
Las políticas de ajuste y austeridad no sólo tienen que considerar si consiguen sus objetivos económicos sino también cómo lo consiguen y a quiénes se dejan en el camino. En tiempos de crisis, los derechos humanos no son prescindibles. Cada país tendrá que encontrar su propia “fórmula” que tenga en cuenta el contexto, sea capaz de generar los recursos necesarios y apoye a sus grupos de población vulnerables. Pero esta “fórmula” específica no debe ser adoptada aisladamente por los gobiernos, sino que debe emanar de un amplio diálogo social y político nacional que todos los países deben ocuparse de promover.
El objetivo no debe ser tratar de volver sin más a las condiciones previas a la crisis, pues en 2008, el mundo en su conjunto ya padecía una grave crisis humanitaria, caracterizada por la extensa pobreza y el hambre, escasas oportunidades de empleo digno y centenares de millones de personas, en especial mujeres y niños, privados de sus derechos humanos más elementales.
Es necesario repensar los modelos y las estrategias de desarrollo para transformar el círculo vicioso de la pobreza y la desigualdad en un círculo virtuoso que ligue definitivamente el crecimiento económico sostenible y el desarrollo humano.
Desde nuestro ser cristiano y partiendo de la realidad actuar es un deber. 
Caminamos en Esperanza
L.C.R.

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