"No podemos dejar que otros hermanos carezcan de lo necesario mientras a nosotros nos sobran cosas"

sábado, 26 de octubre de 2013

¡COMO SANTA EMILIA QUEREMOS SEGUIR EN CAMINO CON JESÚS!




Ponerse y permanecer en el “Camino de la Vida”; esto fue lo que a lo largo de su historia cumplió Santa Emilia de Rodat.  Jesús, que siempre tiene la iniciativa invitó a aquella niña Emilia y nos invita ahora a nosotros… desde la libertad de tomarlo o no tomarlo, pues la elección en el camino es un opción personal. Una vez que confirmamos la elección del camino es cuando comienza la verdadera aventura de la fe. Por la fe, los discípulos de Emaús tuvieron la experiencia de Jesús Resucitado; que se hizo presencia en sus vidas, cambiando su tristeza en alegría. Y por la fe podremos perseverar como Santa Emilia cuando tengamos que pasar la noche oscura veremos brillar una luz con la suficiente fuerza para abandonarnos solo en Dios. 
 El Evangelio de San Lucas en el capítulo 24 del verso 13 en adelante, nos regala el descubrir que por la fe podemos experimentar que Jesús nos acompaña y se hace Camino de Vida Abundante: 
Jesús como en el camino de Emaús sale al encuentro del que peregrina añorando, llorando, compartiendo, buscando… “los dos discípulos comentaban todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían 
Jesús se hace compañero escuchando nuestras preocupaciones, nuestras frustraciones, nuestros anhelos, nuestras ilusiones… “¿Qué cosa?”  
Jesús entra en diálogo preguntando; sin imponer, sin juzgar… “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?”  Jesús de nuevo vuelve a escuchar lo que repetimos que nos preocupa, que nos duele, que no entendemos, que anhelamos, por lo que luchamos… “Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron”Jesús acompañamiento puede ver nuestros miedos, nuestros sufrimientos, nuestras dudas y sanarlos.  Entonces,  nos enseña desde la propuesta; nos explica para que podamos entender. Nos comparte la Palabra que con ella se cumple “la Promesa”  se nos entrega el mismo.
Salmo 32,8 “Yo te haré saber y enseñaré el camino”. Jn. 14,6 “Yo soy el camino…”.Y ellos se decían el uno al otro: “¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!”  
En el encuentro personal con Jesús es donde podemos decir como los discípulos: “De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón”. “Ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan”.   
El Camino de la Vida tiene que ver con esto de atravesar las oscuras quebradas de la existencia en la que somos invitados a ofrecernos y a entregarnos sin temor. ¿Qué hace el peregrino? Recuerda que esta historia de oscuridad/dolor /muerte/sufrimiento que tiene escondida la esperanza de un Mesías que vendrá ya estaba relatada en el Antiguo Testamento y particularmente en Isaías que el cita hablando de cómo todo esto debía ocurrir. A nosotros comienza a abrírsenos otra posibilidad desde adentro, ya no inquietada desde fuera sino movilizada desde lo más hondo del corazón, como a los discípulos ¿Acaso no arde nuestro corazón cuando nos habla en el camino? Cuando algo arde trae luz, cuando algo brilla ilumina. Ahora que somos testigos de que la luz brilla en medio de las sombras. ¡Que tengamos la fe necesaria para permanecer en la esperanza y poder compartir nuestro testimonio de lo que hemos visto y oído!Para terminar recordamos la noche oscura por la que pasó Santa Emilia y resumimos que esa noche oscura en que la fe va a despuntar con la nueva  luz con la que Dios bendice en un nuevo nacimiento al que atraviesa los oscuros valles de la vida, en confianza y en entrega absoluta; sabiendo que Dios no abandona el peregrinar. 

Sigue Sus Huellas
L.C.R.

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