"No podemos dejar que otros hermanos carezcan de lo necesario mientras a nosotros nos sobran cosas"

miércoles, 30 de octubre de 2013

“¡DICHOSOS TODOS PORQUE DIOS OS LLEVA EN SU CORAZÓN" (José Arregi)

¡Conmemoramos a Santa Emilia, mujer amada por Dios; dichosa- santa!
Nos encontramos a las puertas de dos fiestas importantes para nosotros. La primera el día 1 de noviembre fiesta en que celebramos el día de Todos los Santos. Esta tradición fue instituida en honor a todos los santos, conocidos y desconocidos del mundo moderno, según el papa Urbano IV. Para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fijó el aniversario para el 1 de noviembre. Gregorio IV extendió la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia católica, a mediados del siglo IX. Y al día siguiente la celebración de los Muertos o Difuntos una celebración cuyo objetivo es orar por aquellos que han acabado su vida terrenal. Esta práctica religiosa hacia los difuntos es sumamente antigua. El profeta Jeremías en el Antiguo Testamento dice: «En paz morirás. Y como se quemaron perfumes por tus padres, los reyes antepasados que te precedieron, así los quemarán por ti, y con el «¡ay, señor!» te plañirán, porque lo digo yo — oráculo de Yahveh» (Jeremías 34,5). A su vez en el libro 2° de los Macabeos está escrito: «Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados» (2 Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, en los primeros días de la Cristiandad se escribían los nombres de los hermanos que habían partido en la díptica (dos tablas plegables, con forma de libro, en las que la Iglesia primitiva acostumbraba a anotar en dos listas pareadas los nombres de los vivos y los muertos por quienes se había de orar).
Pero ¿qué sentido tienen estas fiestas para nosotros? ¿no deberíamos celebrar la fiesta de la santidad universal? ¿somos todos santos? ¿somos llamados a serlo? ¿de qué manera?
En anteriores entradas hemos referido la santidad y su esencia para nosotros. Hemos compartido que cuando hablamos de santidad no hablamos de perfección; pero si podemos hablar que la esencia de la santidad nace del Corazón Bondadoso de Dios y que está en todo. Esta esencia es nuestro nombre más propio Y reconociéndonos hijos de un mismo Padre y hermanos podemos celebrar esta fiesta como “universal de la santidad”.  Cuando uno se reconoce hijo y por lo tanto hermano se siente dichoso y sintiéndose bienaventurado puede celebrar la santidad que impregna todo lo creado y nacido del Padre Nuestro. 
El otro día leía de José Arregi un artículo sobre estas celebraciones y decía en una frase  “Hacéis el mal, porque no os sentís dichosos” Y qué verdad, pues cuando uno se siente amado, amado y perdonado por Dios; se siente dichoso y una persona dichosa no puede nada más que ser dichosa y al encontrarse con su esencia se encuentra con los demás, los ayuda a descubrir la dicha (somos testigos del Amor que hemos recibido).
¡Estos somos los santos de hoy! Los que va en el bus como tú, los trabajan en el campo o en la ciudad como tú, los que descansan el fin de semana y vuelven todos los lunes al mismo trabajo como tú… todos aquellos que se preocupan  sólo de hacer extraordinariamente lo ordinario;  aquello que les ha tocado hacer por amor, buscando siempre el bien común como tú…
¡La Bienaventuranza de Jesús nos declara santos!” ¡Celebremos este don gratuito, esta generosidad de Dios que no sabe dar para recibir; que no sabe dar si a cambio tiene que exigir! ¡Tu gratuidad Señor, me gana el corazón. Me hace Dichoso, me hace Santo!
"Dichosos los santos; los que aman por amor porque serán amados por amor". 
"Dichosos los santos los que aman a fondo perdido, con amor gratuito y personal, porque serán amados a fondo perdido, con amor personal y gratuito". 
"Dichosos los santos; los que aman a las personas por ellas mismas, porque serán amados por ellos mismos".
"Dichosos o Bienaventurados los santos; los que se saben y se sienten amados por Dios".
“Lc. 24, 49: “ …hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto…” ¡Serás Dichoso, te irá bien…!”

L.C.R.

1 comentario:

  1. LA COMUNIÓN DE TODOS LOS SANTOS

    1º Corintios 12:12-27 san Pablo dice así:
    “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo".
    (Fundación Rodat)

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