"No podemos dejar que otros hermanos carezcan de lo necesario mientras a nosotros nos sobran cosas"

lunes, 30 de septiembre de 2013

SANTA EMILIA, SERVIDORA DEL REINO DESDE LA LEALTAD

Etimológicamente hablando el término fidelidad proviene del latín fidelitas-atis y vendría a significar lealtad, adhesión, observancia de la fe que uno debe, verdad, sinceridad, constancia en los afectos y en el cumplimiento de sus obligaciones. En definitiva, denota a aquel que cumple sus promesas y por ello se muestra digno de confianza. Si lo buscamos en la Real Academia Española nos dice que la palabra es sinónima de "lealtad y fe
¿Qué piensa la sociedad en la que vivimos del tema de la lealtad, de la fe; de la fidelidad?
En general, percibimos cierta dificultad para adoptar como positivo y vitalmente necesario el sentido de la fidelidad. Pues vemos que para muchos es un bien que ha envejecido con el paso del tiempo y que ya no tiene cabida en estos tiempos modernos, progresistas.  Encontramos personas, circunstancias, libros, películas, etc. que nos cuestionan ¿por qué autolimitar las posibilidades de cada uno?
-¡estamos llamados a vivir en libertad! 
-¡La religión y la educación puede ser la jaula para no vivir en libertad!
-¡La libertad está en vivir todo aquello que se nos presenta! -¡Hay que tener una mente abierta y dejarse fluir en todo porque todo es la vida! 

 Todos buscamos la plenitud y la felicidad, pero ¿dónde las buscas tú? ¿dónde la buscó Emilia de Rodat? ¿dónde la buscó Jesús de Nazaret? ¿Dónde estás dispuesto a buscarla?
El mundo nos presenta un abanico abierto de ofertas ideológicas y prácticas; tan amplio como para satisfacer en cada instante nuestros deseos. Y claro, ante esto, si todo vale y si vivimos solo para satisfacer nuestros deseos¿dónde puede quedar la fidelidad a la propia persona? ¿dónde la fidelidad al Reino?

Para poder ser fiel a uno mismo necesitamos una firmeza que se traduzca en conciencia, constancia y perseverancia. Esta firmeza personal de exigirse y mantenerse con respecto a nuestros valores y creencias lo llamamos autofidelidad. Y me atrevo a decir, que, cuando somos autofieles estamos siendo fieles a los demás y a Dios. Para poder ser autofieles necesitamos discernir: qué soy, qué quiero, por dónde voy  y hacia dónde quiero ir...siempre con nuestra mirada en el Evangelio por el Reino. Esta fidelidad desde el Evangelio no se entiende si no es desde el amor, el cariño, la tolerancia y la valentía. Una persona fiel como fue nuestro Señor, Jesús de Nazaret y como en su tiempo fue nuestra fundadora Emilia de Rodat nos llena de aliento y de esperanza, porque son autenticos ejemplos de la "vida verdadera". En ellos se pone de manifiesto el respeto que tienen hacia sí mismos y hacia la creación entera. 
En Santa Emilia, pudimos detenernos hace algún tiempo y ver como ella, a pesar de las diversas enfermedades que sufrió; a pesar, de las dificultades, de las críticas, e incluso de las dudas por las que pasó;  perseveró en el servicio. Optó por ser servidora del Reino por amor y desde El Amor (Dios) pudo ser fiel. Santa Emilia, se dejaba empapar de La Palabra de Dios y nosotros también.. 
Jesús nos habla ahora: "El Reino se parece a un tesoro escondido en el campo: que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo (Mateo 13, 44) Jesús, siempre nos invita a vivir en el Reino, no un reino cualquiera, sino; el de Dios. Hoy a través de esa semejanza con el tesoro nos podemos preguntar ¿qué tesoro hemos encontrado? ¿dónde está nuestro tesoro? ¿qué hacemos para conservarlo? 


La fidelidad es "una virtud del amor" es nuestro tesoro; porque el que ama respeta, el que respeta confía, el que confía es leal. La persona leal es fiel consigo misma y con los demás. Nosotros queremos ser fieles ¡desde la confianza de que Él va por delante haciendo camino con nosotros, un camino de amistad, un camino de fidelidad!


Sigue Sus Huellas
L.C.R.

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