En el sentido literal de la palabra “acompañamiento” viene de
“campaña” y deriva de “cum-panis” que significa compartir el pan. Es decir,
partir con. Es ponerse al servicio del pobre, para que éste un día pueda caminar hacia donde crea mejor. Por lo que:El acompañamiento es una experiencia,
con prolongación en el tiempo, porque es ir conociendo a la persona y a su
entorno para detectar su realidad y poderla orientar.El acompañamiento es un servicio, y soy yo, y eres tú, los que
nos ponemos a los pies de los pobres. Dar sin depender del afecto, el
agradecimiento, la estima o la valoración que se recibe.
El acompañamiento es una presencia, de denuncia ante la injusticia y compromiso por un mundo más humano.Cómo lo vivió Jesús: “Él, no hizo alarde de su categoría de Dios, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo” (Fil 2, 6-7) ¿Qué dos actitudes principales nos desvela? La humildad y el abajamiento. Él, no se cree superior, es más, se hace como uno de tantos. De S. Juan recogemos: “se levantó de la cena, se quitó la túnica, tomó una toalla y se la puso a la cintura. Después echó agua en una jofaina, y empezó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había puesto a la cintura. Y les dijo: Pues si yo, que soy el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros” (Jn 13, 4-5.12-14).En otras citas vemos a Jesús acompañando:- “Se les acercó Jesús y caminó con ellos” (v. 15). La Koinonía, la comunión.- “Se le conmueven las entrañas” ante el sufrimiento (Mc. 1, 41; 6, 34; 8, 8, 2; 9, 22)- Jesús, le pregunta: “¿Qué conversación es ésta que lleváis entre vosotros en el camino?” para escuchar que estaba pasando en sus vidas, en su interior… (Lc. 24, 13-35). Siendo uno de tantos, podremos compartir:- Escuchar su llanto- Partir con él- Darnos en el servicioY así, viviremos la Fe del Dios Padre de todos.
El acompañamiento es una presencia, de denuncia ante la injusticia y compromiso por un mundo más humano.Cómo lo vivió Jesús: “Él, no hizo alarde de su categoría de Dios, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo” (Fil 2, 6-7) ¿Qué dos actitudes principales nos desvela? La humildad y el abajamiento. Él, no se cree superior, es más, se hace como uno de tantos. De S. Juan recogemos: “se levantó de la cena, se quitó la túnica, tomó una toalla y se la puso a la cintura. Después echó agua en una jofaina, y empezó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había puesto a la cintura. Y les dijo: Pues si yo, que soy el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros” (Jn 13, 4-5.12-14).En otras citas vemos a Jesús acompañando:- “Se les acercó Jesús y caminó con ellos” (v. 15). La Koinonía, la comunión.- “Se le conmueven las entrañas” ante el sufrimiento (Mc. 1, 41; 6, 34; 8, 8, 2; 9, 22)- Jesús, le pregunta: “¿Qué conversación es ésta que lleváis entre vosotros en el camino?” para escuchar que estaba pasando en sus vidas, en su interior… (Lc. 24, 13-35). Siendo uno de tantos, podremos compartir:- Escuchar su llanto- Partir con él- Darnos en el servicioY así, viviremos la Fe del Dios Padre de todos.
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