Bolivia en general, es uno de los países, más afectados por la pobreza de todo el continente americano, desde hace décadas. Según Unicef 4 millones de niños bolivianos son pobres, además de tener una altísima mortalidad infantil ya que más de 14.000 niños mueren cada año antes de cumplir su primer año de vida. Estas cifras demuestran el atraso y las necesidades de este pueblo. La realidad son las malas condiciones en que viven las familias viéndose afectados en mayor medida los niños y ancianos. La falta de alimentos necesarios, la falta de atenciones sanitarias hacen que gran cantidad de niños se vean abocado a la desnutrición y muertes por enfermedades que teniendo los medios serían evitables. Otra gran cantidad de niños deben trabajar para sobrevivir o para ayudar a su familia. En muchos otros casos la pobreza hace que las madres envíen a sus hijos a pedir a las calles en vez de enviarlos a la escuela, ya que de lo contrario no tendrán qué comer. La madre de seguro sabe que está haciendo que sus hijos repitan el mismo círculo en el que ella quedó atrapada, pero no ve otra salida si quiere seguir con vida. La situación de la pobreza es muy preocupante, y la Congregación Sagrada Familia que tiene varias casas en Bolivia a través de su trabajo diario ha querido y quiere seguir dando una solución a esta realidad ¿qué podemos hacer por ellos? Porque los niños no deben trabajar, es simple la respuesta; desde hace décadas se decidió que el trabajo infantil es una violación a los derechos del niño porque realizar estas tareas les ocasiona riesgos y daños a su salud física, mental y espiritual. Altera totalmente el crecimiento normal , que como individuo debería tener para poder desarrollar todas sus capacidades y potencialidades en el futuro.
Los trabajos donde más frecuentemente se utilizan a los niños son para mendigar o vender en la calle, trabajar en el campo o en una fábrica, realizar tareas domesticas para terceros, en la construcción, entre otros, además incluso realizando actividades ilegales como la venta de drogas, robos, pornografía o prostitución entre las más degradantes.
Los objetivos específicos de este centro son:
- Fortalecer los lazos afectivos, con respeto, responsabilidad y cercanía.
- Acompañar las actividades: social y psicológicas.
- Apoyar el proceso educativo escolar de las niñas y adolescentes, realizando un seguimiento en el acompañamiento.
- Promoción de los valores humanos y cristianos de las menores para que puedan crecer en una educación integral.