El Adviento es el tiempo con el cual se inicia el año litúrgico
cristiano. Consiste en un período de preparación espiritual para la
solemnidad de la Natividad, nombre litúrgico de la Navidad, en la cual se celebra el nacimiento de Jesús.
Para los cristianos el Adviento es un tiempo de oración y de reflexión caracterizado por la espera vigilante (es decir, tiempo de esperanza y de vigilia), de arrepentimiento, de perdón y de alegría.
Mt 11,2-11: ¿Eres tú el que ha de
venir?
El evangelio de Mateo nos presenta la llamada «prueba mesiánica». Juan
el Bautista desde la cárcel manda emisarios para preguntarle a Jesús si es él el
esperado o si deben esperar a otro. Jesús no responde con algunas pruebas
teologicas, ni con citas bíblicas apologéticas, o con algunos dogmas o
doctrinas, sino que se remite y remite a los consultantes a los puros hechos,
que pueden ser «vistos y oídos»: «los ciegos ven, los inválidos andan, los
leprosos quedan limpios... y a los pobres se les anuncia el Evangelio, la Buena
Noticia».
Estos «hechos», estas buenas noticias, son la prueba de identidad del
Mesías. Y serán, tienen que ser, la prueba de identidad de quienes sigan al
Mesías, al Xristós, o sea, los «cristianos». Sólo si nuestra vida produce esos
mismos hechos, sólo si somos «buena noticia para los pobres», sólo entonces
estaremos siendo seguidores de aquel Mesías, del Xristós, o sea,
«cristianos».
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